Esta es una historia de éxito para los pueblos indígenas de Guatemala. El magister Saul Paau Maaz habla de los retos para abrir esta clínica de atención al VIH.
La salud pública internacional no considera a los pueblos originarios como grupo clave en la respuesta al VIH. No son muchos casos. Pero la suma de vulnerabilidades lleva a la muerte.
AHF en Guatemala inició su trabajo en 2006. “En esos 18 años, ha acompañado a los pueblos indígenas, porque el primer trabajo operativo de atención médica y cuidados clínicos fue en el occidente del país. El occidente del país representa el 80% de la población indígena.” Así lo manifiesta Saul Paau, gerente regional para Centro América de Aids Healthcare Foundation (AHF).
Esta historia inició en 2012, en una de las clínicas más grandes de atención al VIH del país. Los datos arrojaban que tres de cada cuatro personas fallecidas al desarrollar sida eran indígenas. Resaltaba que venían de Alta Verapaz.
Los pueblos indígenas de Guatemala en el mapa
Es bien conocido que la riqueza cultural de Guatemala se desprende de su historia de pueblos originarios. Corresponden a 43% de la población. Aunque otras mediciones dicen que es la mitad de la población. Pero con importantes rezagos para alcanzar un bienestar pleno.
Alta Verapaz es un departamento mayoritariamente rural y monolingüe. Con poca infraestructura y recursos económicos para las familias. Sin servicios de salud.
El 90% de esa región son indígenas q’eqchi’s y el 80% vive en condiciones de pobreza. Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística lo muestran.
En 2012 era casi imposible seguir el tratamiento, cuenta el magister Paau, también coordinador de país en AHF Guatemala.
“La población en la zona de Polochic salía un día antes de su casa, dormía en Cobán, y luego tomaba un bus a las dos o cuatro de la mañana para estar a las nueve en Ciudad de Guatemala. Después de su chequeo médico, volvían a Cobán y al tercer día regresaban a su casa.”
El compromiso del doctor Carlos Mejía
“Tenían que decidir entre perder tres días de trabajo y gastar el dinero necesario para comprar alimentos o ir por su tratamiento y dejar sin comida a la familia. AHF visibilizó esta situación y promovió la creación de una clínica de VIH en Cobán. En junio de 2015, se abrió una clínica con personal que hablaba el idioma. Hoy en día, la clínica es la más moderna del país“, refiere Saul Paau. Con cercca de mil pacientes.
Cuando decían que no había presencia de VIH, AHF Guatemala apoyó al doctor Carlos Mejía. Él estaba comprometido con la población guatemalteca, especialmente con los pueblos indígenas. La intervención permitió demostrar la existencia del VIH en Alta Verapaz.
En ese entonces, sobre todo al destinar los presupuestos de salud, se decía que los pueblos originarios no son un grupo clave.
“La gente no es que no quisiera venir a su tratamiento, sino que la pérdida de tiempo y el costo económico eran obstáculos.”
Para refutarlo, el doctor Mejía y AHF brindaron atención ambulatoria cada dos meses en el hospital regional de Cobán. Lo anterior a lo largo de dos años. Permitió demostrar con datos y presionar al sistema de salud pública para crear la clínica de atención integral para esta región.
“Pero hoy AHF visibiliza y demuestra la existencia del VIH en pueblos indígenas y que AHF está dando una respuesta en este sentido, lo cual nos satisface. Además, estamos muy agradecidos con Aids Healthcare Foundation.”
Cobán requería su propia clínica
La Clínica de Atención Integral para personas con VIH en Cobán es la que menos fallecimientos presenta actualmente, entre aquéllas donde AHF Guatemala colabora con el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MINSAL). La colaboración estratégica y el trabajo diario del equipo, lo ha logrado.
“En los ejercicios trimestrales, de repente hay uno, dos o tres abandonos únicamente. Esto es muy satisfactorio por el gran esfuerzo que hace AHF y otras organizaciones que se han unido para responder a la problemática de la población indígena en Alta Verapaz”, subraya el especialista de origen maya q’eqchi.
La clínica de Alta Verapaz es un modelo de atención para los pueblos indígenas de Guatemala. Encontramos que más del 90% de la población tiene supresión viral, casi un 95% es adherente al tratamiento. Los retos siguen siendo los estadios Sida porque, según los últimos datos, casi la mitad de la población llega en fase Sida. El trabajo preventivo a nivel comunitario es lo que se debe fortalecer.“
Magister Saul Paau, coordinador de país AHF Guatemala
AHF ha hecho esfuerzos importantes para que, dentro de la agenda de la salud pública, se pueda hablar de los pueblos indígenas de Guatemala y otros países. Así, la respuesta ante el Sida es más incluyente, tomando en cuenta la gran proporción poblacional que representa este sector, acota Saul Paau.
Hacerse una prueba, salvar la vida
El reto es la detección temprana, recordando que es mejor hacerse una prueba a tiempo. Cuando una persona tuvo sexo sin protección, usó una droga inyectable, o estuvo en un accidente con contacto de sangre. Al igual que en el embarazo.
AHF Guatemala ofrece consejería sobre prevención de VIH e ITS, centrada en la cultura y lengua de quien se acerca, regala condones y hace pruebas de VIH totalmente gratuitas. Estas pruebas son rápidas y confidenciales. También acompaña a quienes buscan iniciar o reiniciar tratamiento. Las puertas están abiertas ¡No tardes en buscarnos!